Con la enfermera no hay que jugar.
Xiaode despertó a Yiko temprano por la mañana y se dio cuenta de que llegaría tarde. Se vistió rápidamente y salió corriendo, pero Xiaode lo detuvo, diciendo que no tenía que ir a trabajar hoy, ya que era fin de semana. Así que regresó a casa con la intención de dormir, pero Xiaode lo engañó para que saliera, diciendo que quería ver a una chica. Al llegar, Yiko descubrió que iba al hospital. Estaba tan enojado que le preguntó a Xiaode por qué no le había pedido a su esposa que lo acompañara al médico. Resultó que ambos discutieron, así que la otra parte corrió a casa de sus padres. Yiko fue al departamento de cirugía por una abrasión en la nariz y vio a una joven enfermera que estaba siendo regañada por su entusiasmo al buscar un médico y ayudar a tratar al niño ella misma. Yiko se conmovió al instante y fingió estar enfermo después de preguntarle su nombre. Como no había dónde hacerlo, la enfermera lo llevó a su sala de estar y lo cuidó bien. Pensando que Yiko estaba realmente mal, cuando estaba a punto de conseguir la medicina, Xiaode llamó. La conversación entre ambos al salir hizo que la enfermera se diera cuenta de que Yiko le había mentido y, furiosa, la abofeteó. Xiaode se llevó a Yiko.
